He amado bailar desde que tengo memoria. En mis primeras fotos bailando en un escenario debo tener más o menos 2 años. La danza siempre ha estado en mi vida. Desde niña he estudiado diferentes estilos: Ballet Clásico, Folclor Colombiano, Folclor Internacional, Jazz, Bailes de salón…
En el año 2001, estaba tomando clases personalizadas de folclor colombiano, salsa y bailes de salón en mi casa, y un día, la profesora me propuso hacer una clase de danza del vientre, y me encantó; Aunque no era su especialidad, me dejó ver cuan linda y delicada podía ser esta danza. Ya había visto los videos de Shakira bailando “Ojos Así”, y ya sabía que quería poder aprender a moverme de esa forma.
En esos días me llegó publicidad de una clase de danza Samkya, que iban a dictar en Uniandinos (la sede de egresados de la Universidad de los Andes), la pieza publicitaria tenía una foto de un caderín de moneditas ¡COMO EL DE SHAKIRA! Así que me inscribí de una, sin tener ni idea qué era la danza Samkya; fui súper emocionada a la clase. Yo iba a aprender a moverme como se movía Shakira, nada más. Recuerdo que llegamos alrededor de 25 mujeres a la clase de lanzamiento. La profesora era Antonina Canal, quien llegó con su traje de danza súper lindo, su caderín de moneditas y un bindi. Todo parecía mágico y desde esa primera clase, supe que me había ¡ENAMORADO! Me enamoré del baile, de cada movimiento, de la feminidad que se expresa con esta danza, de la música, de los caderines de moneditas… DE TODO…
En mi primera clase, me pasó como le pasa a todas las que toman por primera vez una clase de danza árabe: Me sentí absolutamente TIESA. Me parecía que iba a ser imposible moverme de la manera en que se movía la profesora o las alumnas que ya llevaban tiempo haciéndolo. Yo me reía, pensando que a mí me “debían estar sobrando como dos costillas” para poderme mover como la profe, que algo me sobraba o me faltaba en el cuerpo para poder moverme así, y lo que me parecía más absurdo aún, era que ¡¡YO SE SUPONÍA QUE SABÍA BAILAR!!
A pesar de lo difícil que me pareció esa primera clase, supe que la había AMADO , que ya había sido encantada por esta danza y que tenía que seguir intentando, así que seguí tomando mis clases muy juiciosa y fui descubriendo como mi cuerpo, mi mente y mi Alma cada vez entendían más los movimientos y se hacían más fáciles.
Sí, al principio puedes sentir que no te salen los movimientos, que estás “tiesa” o que definitivamente no lo vas a lograr, pero hoy, después de tomar clases, y en especial después de tantos años de enseñar Danza Árabe, te puedo decir que ES POSIBLE, que TODAS podemos aprender y que es un viaje que vale toda la pena hacer.
No te desanimes, no te juzgues tan duro y tan rápido por no lograr hacer los movimientos, no te pierdas de la hermosa posibilidad de bailar danza árabe, porque cada movimiento que logres, cada paso que avances, será mágico. Verás como estos movimientos te están ayudando a sanar tu energía de una manera sutil, te están conectando contigo, con tu feminidad, tu sensualidad y belleza de una manera única y poderosa.
Good luck!